
Debe asegurarse que todas las actividades que se realizan en un lugar compartido estén coordinadas para prevenir riesgos y proteger a todos los que trabajan allí
Según el Real Decreto 171/2004, la Coordinación de actividades empresariales (CAE) se refiere a la organización y gestión de las diferentes tareas y responsabilidades que llevan a cabo las empresas o las personas trabajadoras en un mismo entorno laboral, con el fin de garantizar la seguridad y salud en el trabajo.
En un entorno empresarial cada vez más conectado, la subcontratación de servicios y la presencia de varias empresas en un mismo lugar de trabajo son inevitables.
La coordinación de actividades empresariales (CAE) no solo es una obligación legal, sino que también es clave para garantizar la seguridad laboral y mejorar la competitividad.
Para que sea efectiva, debe gestionarse con criterios de proporcionalidad, eficiencia e innovación, evitando que se convierta en una carga administrativa de poca utilidad.
Es importante adaptar las instrucciones preventivas y los controles a los riesgos reales de cada actividad y que las empresas principales lideren activamente, promoviendo la formación y la comunicación efectiva con las empresas subcontractadas.
Una buena gestión de la CAE no solo mejora la seguridad, sino que también fortalece la reputación y la posición competitiva de las empresas, demostrando un compromiso real con la salud laboral y la responsabilidad empresarial.
Para ir en la línea de que la CAE sea realmente efectiva, es importante seguir varias prácticas clave:
- Gestionar con criterios de proporcionalidad, eficiencia e innovación: No se trata solo de cumplir con la normativa, sino de adaptar las medidas a los riesgos reales de cada actividad, evitando cargas administrativas innecesarias y enfocándose en lo que realmente importa para la seguridad.
- Liderazgo activo de las empresas principales: Estas deben tomar un papel proactivo, garantizando no solo el cumplimiento documental, sino también la aplicación práctica de las medidas de prevención, fomentando la formación y la comunicación efectiva con las empresas subcontractadas.
- Fomentar la formación y la comunicación: Es fundamental que las personas trabajadoras entiendan los riesgos específicos del centro de trabajo y conozcan los protocolos de prevención, no solo con “certificados”, sino con formación práctica y sesiones de acogida breves pero efectivas.
- Utilizar herramientas digitales: La digitalización ayuda a simplificar la gestión documental, permite un control en tiempo real, evita duplicidades y garantiza que solo las personas trabajadoras acreditados accedan a los centros. Pero sin olvidar que ayudan en la gestión, debe conseguirse que llegue a las personas trabajadoras de forma efectiva para aplicar una prevención real.
- Control de cambios: La gestión debe asegurar que los cambios que puedan proceder de la empresa principal/titular o de la contratista, se comunican, analizan y se modifican las indicaciones de prevención.
- Supervisión continua y revisión constante: Realizar inspecciones periódicas, por la empresa principal/titular, por la empresa contratista, que vayan más allá de la revisión de documentos, incluyendo controles en el terreno para verificar que los procedimientos se conocen y se cumplen en la práctica.
- Fomentar la colaboración y el diálogo: Mantener una comunicación constante y un ambiente de confianza entre todas las partes, evitando que la coordinación sea vista como una imposición, sino como una responsabilidad compartida.
Siguiendo estas prácticas, la CAE debe ser vista como una oportunidad para mejorar la seguridad, la eficiencia y la competitividad, pasando de una gestión burocrática a una basada en la prevención efectiva.